Quisquillosa

En su bolsa de comida hay croquetas de diferentes colores. La beige es de pollo, la del huesito es de arroz, la verde son vegetales y la roja es carne de res. A ella solo le gustan las beige y las de huesito. Siempre separa las verdes y las rojas y no las come. Perrilla salió quisquillosa, tanto perro muriéndose de hambre y esta desprecia la comida que le damos.
Mira nomás! 

Ensenada parte 1

Este fin de semana decidimos olvidarnos de los gastos y disfrutar el puente. Decidimos conocer Ensenada, Baja California. Teníamos muchos planes: conocer la ruta del vino, echarnos unas copas en los viñedos, comer langosta (platillo típico de ahí), ir a ver las ballenas, disfrutar de la brisa marina, etc.
Nos fuimos el sábado por la mañana, en mi camioneta. Viajaríamos unos 300 km aprox de los cuales los primeros 30 km son unas curvas que se encuentran en unos cerros formados por piedras enormes y que juntos forman la sierra de la Rumorosa. Haz de cuenta que estás en el escenario del Coyote y el Correcaminos.
En fin, ibamos subiendo a unos 1000 metros de altura y decidimos pararnos en un mirador a tomar fotos y ver los carros que se habían caído y que nadie había podido sacarlos. Estabamos abajo tome y tome fotos cuando en eso Javi voltea a ver la llanta de nuestro carro y ve un tremendo clavo enterrado en la llanta trasera. Damn!! en plenas curvas. Todos asustadillos revisamos si no se salía el aire y cuando vimos que todo estaba bien, nos fuimos super despacito hasta Tecate (como la cerveza) y ahi encontramos una vulka que estaba llena de clientes con llantas ponchadas. Después de media hora nos antendieron, nos arreglaron la llanta y seguimos el camino.
Debido a nuestra llanta ponchada, decidimos cambiar el camino, no iriamos por la ruta del vino, sino por la autopista de paga por mayor seguridad.....
Llegamos a Ensenada a las 4.00 de la tarde, rugiendo de hambre y a buscar el hotel. Teníamos reservación en el Motel América y en el Motel Ensenada Inn. Uno super bara y el otro un poco mas caro pero más familiar. Tenía que ser motel porque no había hoteles que nos aceptaran con Camila, nuestra perrita.
Nos quedamos en el Ensanada Inn y nos fuimos a comer mariscos a LAS GAVIOTAS.
Pedimos tacos de camaron, de pesado, ceviche, coctel de camarón... la vdd no estaba tan rico, debí haber pedido mi típico pescado empanizado de siempre. Eran ya las 6.00 y estaba oscuro.
Decidimos ir a caminar al malecón, ya hacía frío.
Cuando llegamos habia una macro bandera que me recordó mi ciudad natal (ay que bonita bandera.. ja) y nos pusimos a caminar por ahi. No faltaron los niños que querían agarrar a Camila y la correteaban y ella todo temblorosa ante tanto niño tosco. Luego un borrachin hablando solo. El olor a puerto, la brisa.
En fin, ya Camila estaba cansada, nosotros también.
Habíamos llegado y al otro día iríamos a ver a las ballenas, teníamos que dormirnos temprano.
Llegamos a cuarto a las 8.30, vimos la tele y nos dormimos.

Camila peregrina

Mi perrita ha andado por cielo, mar y tierra.
Conoce desde Monterrey, Laredo, El Paso, Mexicali, Calexico, San Diego, Tijuana, Ensenada y la Bahia Todo Santos.
Ha viajado por tierra, por mar y por aire. Aqui rumbo al avistamiento de la ballena gris en Baja California.

Algodones

Hay una ciudad que se llama Algodones, muy cerca de aqui. Cada que paso por el anuncio que señala que queda a unos kilometros de Mexicali me viene a la mente los algodones que comia cuando era niña.
Esa senación de meterte el algodon a la boca y querer masticarlo pero no poder porque antes de eso se desahacia. O querer pasartelo pero darte cuenta que no se puede porque se hacia agua en tu boca.
Me encantaba ver como del azúcar y con esa maquinita se iba formado en hilos ese algodon azul o rosa que vendian en los juegos Manzo.
Era como magia ver como se pegaban los hilos.
Lastima que ya casi no venden y que los juegos Manzo se los llevó el Huracán Gilberto.
La gente que nacio antes del 1988 los lleva en su corazón aunque estaban bien feos.