Mavs se quedó en Mty!!

 Después de veintitantos días de estar en Monterrey, de haber visto a los abuelos, ido la rancho, saludar algunos amigos y sobre todo de habernos llenado de amor y cariño  estábamos listos para volver a Montreal. Maletas listas, todo el expediente de vacunas, cartas, actas de nacimiento, visas, pasaportes, cartas de residencia, agendar la prueba covid y surtirnos de ricos dulces para tener que comer cuando el antojo llegara estando acá. Lo único pendiente era el resultado de la prueba PCR de todos para poder irnos. 

Nos habíamos hecho la prueba el sábado en la mañana, salíamos el lunes temprano por lo que el tiempo de las 72 horas de la vigencia de la vacuna quedaba perfectamente listo para la  hora de abordar en Chicago. Desde el domingo en la tarde empecé a revisar el portal de los resultados esperando que llegarán para imprimirlos y estar tranquilos. Refresh, refresh, refresh y nada.. aunque estabamos dentro del marco de tiempo pues los nerviecillos empezaron a llegar. "Todos hemos estado bien, no tengo nada de que proecuparme", me repetía constantemente. "No tardan en llegar". 

Y si, 830 pm aparece el primer resultado: Jevs, negativo; Elisa, negativo.. fiu... Mavs, positivo!! ¡¿Qué?! ¿Leí bien? ¿Mavs positivo? ¿es broma? ¿Vi mal? Refresh, Refresh,  zoom in, zoom out. Chingadooooooooo, ¿qué vamos a hacer? ¿Cancelamos el regreso de todos? ¿Estaremos los demas contagiados? ¿Le hago una prueba rápida de nuevo? Es domingo en la noche, nadie nos va a hacer una PCR ahorita. 

"Hermana ven" le digo.. y le platico .. "¿Es broma? ¿Estás jugando? 

¿Cómo crees que voy jugar con eso? 

Le digo a mi mamà y dice "Ayy Jesús pero como?"  y deja le llamo a Javi y le digo a Mavs. 

"Todos ponganse cubrebocas yaaaa" (¿ya qué vdd?)

Nadie podía creerlo, silencio, luego todos opinando, Mavs llorando.  Después de mucho platicar, tranquilizarla, pensar. Decidimos que ella se quedaba junto con mi mamá (que también venía a Canadá) y mi hermana también la iba a cuidar. Y Jevs y Elisa se venían conmigo. 

A vaciar maletas, cancelar los dos vuelos, hablar con el pediatra y con un nudo en la panza y toda la culpabilidad del mundo cerré las maletas y salí con  dos hijos de regreso a Canadá. Una cita médica de urgencia me esperaba y no podía faltar.